sábado, 27 de octubre de 2012

¡Bienvenid@s!

¡Bienvenid@s!
En este espacio, seguramente, se sentirán más cómodos y podremos continuar con el trabajo que venimos desarrollando en clase.
En este blog encontrarán: los textos literarios con los que deben trabajar (y que ya hemos comenzado a analizar ), un apunte de clase que retoma los procedimientos del humor que venimos viendo, una página de facebook que profundiza e indaga aún más este género y, por último, en un enlace a un docs de google,las actividades que deben realizar.
Espero que entre todos podamos hacer que este espacio, que es de todos, crezca mucho más.
¡L@s leo! ¡L@s espero!

viernes, 26 de octubre de 2012

Recordatorio

Repasamos: luego de la relectura de los dos textos que trabajamos, "Hipérbaton" y "Margarita o el poder de la farmacopea", disponibles en este blog, debés ingresar al siguiente link y realizar las actividaes que se proponen:

https://docs.google.com/document/d/1gsEAWbEDMB3RfheFL1dV2M5_7CNL0XaoRAaYBhyePv8/edit

No te olvides de pasar por esta página:
http://www.facebook.com/pages/No-se-puede-vivir-sin-humor/362768687149609?ref=hl
 Te será de gran utilidad.
No te olvides que debés subir el enlace del docs en el que hayas resuelto las consignas, de esta manera todos podremos compartir los trabajos.

¡A visitar esta página! Es muy interesante y aborda el género que estamos trabajando.

¡Recomendación importante!
"No se puede vivir sin humor" es una poágina de facebook que ofrece material interesante acerca del género que estamos trabajando: los relatos con humor.
Podrás encontrar recomendaciones de textos, biografías de sus autores, distintos tipos de humos y enlaces a sitios que´te serán muy útiles. Entrá y date una vuelta, Mafalda, entre otros, te espera.
http://www.facebook.com/pages/No-se-puede-vivir-sin-humor/362768687149609?ref=hl

A leer se ha dicho, acá va el cuento de Maslíah: "Hipérbaton", de Leo Maslíah

Hipérbaton, de Leo Maslíah
 


El señor Pithon Baer de su oficina salió. Al garaje fue. Dio propina una al cuidador. Su auto sacó. Transitó la rambla por, hasta a chalé su llegar. Y aquí de esto la más importante parte comienza: chalé vacío estaba el. Lo desvalijado habían. Hasta las habían robado valijas le. Los vacíos estaban roperos. El también de la cocina armario.Ni un heladera de gramo en la carne quedaba. Ni cagar había dónde, inodoro el porque ya no estaba. Tampoco el teléfono, así que Pitón Baer a comisaría la fue.
La declaración tomaron, de y como noche era y como a él le robado la habían cama, le permitieron dormir en de las celdas una.
Una vez en ella, Baer comprobó Pitón que cama ahí tampoco había. Durmió pero. Al despertar, todos los policías los de la comisaría habían sustituidos sido por los del otro turno, y todos tomaron lo por un reo. Lo cagaron a palos a, lo interrogaron, y feas le dijeron cosas. Le dieron de comer no.
La noche se aclaró recién en el equívovo, lo y liberaron.
-Sí, cosa la pero no termina ahí-él les dijo-tienen encontrar al ladrón de mi casa que.
-Eso es otro precio. Sonrisa le dijeron una con.
Optó Pithón Baer detective privado por contratar a un. Le cayó vidrio a uno en el de cuya puerta la de oficina leerse podía “Suárez Mórtimer, ciones investiga”.
Pithon debió esperar y soportar el otro que se cinco fumara toscanos en antes de materia entrar.
-Cuénteme todo lo que hizo días en los últimos- Mórtimer por fin dijo.
Pitón se extendió todo en el detalles con lujo de tema. Cinco entonces Suárez se fumo toscanos más, y dijo:
-Sospecho del garaje del cuidador. No le basta con la quizá propina que usted le da.
¿Sabe en ese garaje si se camiones guardan?
-Varios, sí.
-Entonces las cosas de su casa en qué llevarse tuvo. Debe ser él.
-No, ningún tubo se llevó.
-No de tubos hablo. Que digo tuvo que ser él.
-Entiendo, ¡ah! Pero…¿si y no?
-¿Sí y no? Imposible. O él es culpable, o lo no es.
-Si no es le estoy preguntando puede ser quién.
-Sé no, ah.
-¿Y no por qué lo averigua?
-Porque un especulativo soy detective, a la usanza vieja. En mi mente todo resuelvo yo, al de Agatha Christie estilo.
-Lárgate, okey te si mis métodos, no gustan.
-Sí que claro. Eso lo que es haré.
Y hizo así lo, no muy cortésmente de madre la de Kant acordándose.
 
Ahora, seguí el siguiente enlace y ¡manos a la obra!
Podés realizar las actividades en un Docs de Google y compartir el enlace por aquí, es una hermosa manera de compartir y dialogar con tus pares sobre lo resuelto.
¡Te espero!
 
 

Margarita o el poder de la farmacopea, Adolfo Bioy Casares

Margarita o el poder de la farmacopea[Cuento. Texto completo] Adolfo Bioy Casares
No recuerdo por qué mi hijo me reprochó en cierta ocasión:
-A vos todo te sale bien.
El muchacho vivía en casa, con su mujer y cuatro niños, el mayor de once años, la menor, Margarita, de dos. Porque las palabras aquellas traslucían resentimiento, quedé preocupado. De vez en cuando conversaba del asunto con mi nuera. Le decía:
-No me negarás que en todo triunfo hay algo repelente.
-El triunfo es el resultado natural de un trabajo bien hecho -contestaba.
-Siempre lleva mezclada alguna vanidad, alguna vulgaridad.
-No el triunfo -me interrumpía- sino el deseo de triunfar. Condenar el triunfo me parece un exceso de romanticismo, conveniente sin duda para los chambones.
A pesar de su inteligencia, mi nuera no lograba convencerme. En busca de culpas examiné retrospectivamente mi vida, que ha transcurrido entre libros de química y en un laboratorio de productos farmacéuticos. Mis triunfos, si los hubo, son quizá auténticos, pero no espectaculares. En lo que podría llamarse mi carrera de honores, he llegado a jefe de laboratorio. Tengo casa propia y un buen pasar. Es verdad que algunas fórmulas mías originaron bálsamos, pomadas y tinturas que exhiben los anaqueles de todas las farmacias de nuestro vasto país y que según afirman por ahí alivian a no pocos enfermos. Yo me he permitido dudar, porque la relación entre el específico y la enfermedad me parece bastante misteriosa. Sin embargo, cuando entreví la fórmula de mi tónico Hierro Plus, tuve la ansiedad y la certeza del triunfo y empecé a botaratear jactanciosamente, a decir que en farmacopea y en medicina, óiganme bien, como lo atestiguan las páginas de "Caras y Caretas", la gente consumía infinidad de tónicos y reconstituyentes, hasta que un día llegaron las vitaminas y barrieron con ellos, como si fueran embelecos. El resultado está a la vista. Se desacreditaron las vitaminas, lo que era inevitable, y en vano recurre el mundo hoy a la farmacia para mitigar su debilidad y su cansancio.
Cuesta creerlo, pero mi nuera se preocupaba por la inapetencia de su hija menor. En efecto, la pobre Margarita, de pelo dorado y ojos azules, lánguida, pálida, juiciosa, parecía una estampa del siglo XIX, la típica niña que según una tradición o superstición está destinada a reunirse muy temprano con los ángeles.
Mi nunca negada habilidad de cocinero de remedios, acuciada por el ansia de ver restablecida a la nieta, funcionó rápidamente e inventé el tónico ya mencionado. Su eficacia es prodigiosa. Cuatro cucharadas diarias bastaron para transformar, en pocas semanas, a Margarita, que ahora reboza de buen color, ha crecido, se ha ensanchado y manifiesta una voracidad satisfactoria, casi diría inquietante. Con determinación y firmeza busca la comida y, si alguien se la niega, arremete con enojo. Hoy por la mañana, a la hora del desayuno, en el comedor de diario, me esperaba un espectáculo que no olvidaré así nomás. En el centro de la mesa estaba sentada la niña, con una medialuna en cada mano. Creí notar en sus mejillas de muñeca rubia una coloración demasiado roja. Estaba embadurnada de dulce y de sangre. Los restos de la familia reposaban unos contra otros con las cabezas juntas, en un rincón del cuarto. Mi hijo, todavía con vida, encontró fuerzas para pronunciar sus últimas palabras.
-Margarita no tiene la culpa.
Las dijo en ese tono de reproche que habitualmente empleaba conmigo.
En este enlace podrás conocer más obras de Leo Maslíah. Seguramente, leerás alguna...}
http://www.edicionesdelaflor.com.ar/listado/del-autor/64/maslah-leo.html